lunes, 28 de abril de 2014

CURIOSIDADES CHINAS




Los chinos son gente con costumbres muy arraigadas, costumbres que a nosotros nos resultan desconocidas. No les gusta mostrar sus sentimientos, y por eso ven con malos ojos saludar besando en las mejillas, aunque sea entre mujeres.
Dar la mano es un gesto que se empieza a aceptar desde hace poco. El chino no toca jamás a un desconocido: lo correcto es una leve inclinación de cabeza.
Tampoco le gusta decir que no. Prefiere mostrarse dubitativo o responder cualquier cosa. Si preguntamos a un chino dónde está una calle y no la conoce, puede mandarnos a cualquier parte. Todo menos ser maleducado y decir "no lo sé".
Los nombres chinos constan generalmente de dos o tres palabras. La primera es el apellido y lo siguiente el nombre. Por poner un ejemplo, la conocida actriz Ziyi Zhang, protagonista de muchas películas como "La casa de las dagas voladoras", tiene por nombre Zhang, y Ziyi es su apellido familiar.
Cuando un chino ofrece algo -un regalo, un paquete de cigarrillos, etcétera- lo hace con las dos manos, y se debe recoger también con ambas manos. De no hacerlo así, se considera una falta de respeto.
De la misma forma, los regalos nunca se deben abrir en presencia de quien los da. Sin embargo, si se trata de algo que no está envuelto, como una tarjeta de visita, debe leerse obligatoriamente. El objeto nunca hay que guardarlo en los bolsillos de los pantalones: siempre en alguno por encima de la cintura.
A la hora de la comida, lo cortés es sorber la sopa o comer haciendo un ruido escandaloso, algo que en Occidente nos horroriza. Y no se llevan los palillos a la boca, sino al revés: se acerca la cabeza al plato.
La cocina no se parece mucho a la que vemos en los restaurantes chinos de nuestras ciudades. En China todo lo que anda, nada, corre o vuela va a la cazuela. Y lo que no, también.
Una costumbre muy arraigada es la de practicar taichi. A primera hora de la mañana los jardines y plazas de las ciudades están llenos de gente practicándolo.




El taichi (o Tai-Chi), abreviatura de Tai-Chi-Chuan, es una gimnasia tradicional en la que el practicante se enfrenta a un adversario imaginario. Este conjunto de movimientos pausados proporciona elasticidad al cuerpo y ejercita la meditación.

No se puede hablar de China sin citar el té, la bebida nacional. Aquí nació la planta y la infusión que con los siglos se ha convertido en sello de identidad del pueblo chino. 
Los chinos inventaron el papel, la pólvora y, cómo no, la pasta, de la que son verdaderos maestros. Con ella elaboran una variedad infinita de platos, entre los cuales destacan los raviolis, que presentan en la mesa de mil formas, colores y rellenos distintos, siempre hechos a mano. Hay restaurantes que tienen más de cien tipos de ravioli en su carta.
Marco Polo, en su viaje por la Ruta de la Seda, quedó impresionado por el sabor y la variedad de pasta que elaboraban los chinos, y no dudó en aprender la fórmula y llevársela para Venecia. Desde entonces, Italia no puede vivir sin ella.
Hablando de la Ruta de la Seda...por aquel entonces, toda la seda se importaba de China. Hoy en día, todavía sigue siendo un lugar donde comprar muchos artículos fabricados con seda.



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